El dilema

Siguiente entrega de la antología «Esto lo contamos entre todos», que surgió como una manera de dar voz al subconsciente de todos aquellos que, durante la cuarentena que comenzó el 15 de marzo de 2020, se prestaron a participar en este experimento.

El resultado de ese esfuerzo fue un compendio de cuarenta y cuatro variopintos relatos de diversos géneros —desde comedia o drama, hasta ciencia ficción, realismo mágico o terror—, que crecían y se imbricaban poco a poco, conectándose entre sí para formar un universo complejo y orgánico en torno a los conceptos de pandemia, cuarentena y encierro en sus sentidos más amplios, pero con la suficiente entidad propia como para ser intemporales.

En esta ocasión, de nuevo, el reto de @Manon_ys  consistía en comenzar el relato con la siguiente premisa: «ella no sabía si quería infectarse, para morir o para salvarse…». 

Hubo momentos en los que me he sentido así, superados por el mundo que nos rodea, ya sea con la excusa de una pandemia o con el terrible peso de las circunstancias, obligado a cumplir con unas reglas que no compartes, en un juego que desconoces.

¿Alguna vez te has sentido así?

El dilema

Ella no sabía si quería infectarse para morir o para salvarse. Sabía que por estadística le llegaría el momento, así que lo único que tenía que elegir era la motivación.

Su vida estaba plagada de incertidumbres, de miedos, de esa angustia que te da cuando el solipsismo se agarra a tus entrañas.

Lo había intentado todo, legal o ilegal, para distraer su mente atormentada, pero cualquier solución tenía un efecto transitorio. La bola de materia oscura en su interior no hacía más que crecer y crecer. No tardaría en provocarle una puta hemorragia interna de emociones.

Llevaba demasiado tiempo ignorándola, ahogándola con alcohol, drogas y sexo sin amor, porque cuando miraba a los ojos del abismo, Nietzsche le decía que se fuese a tomar un poquito por el culo, que bastante tenía él con lo suyo.

Su vida era un caos del primer mundo, pero un caos, al fin y al cabo, y era su caos. ¿Qué otra cosa podía hacer, sino abrazarlo? Desde luego, prefería mil veces aquel caos familiar que enfrentarse a lo desconocido.

Odiaba lo desconocido y aquella cuarentena le había arrebatado todas las posibles evasiones. Le había obligado a darse cuenta de lo poco que se conocía o, mejor dicho, a percatarse de lo mal que se caía.

Ella no sabía si quería infectarse para morir o para salvarse, porque con su suerte era una mera cuestión de tiempo.

Al menos si se infectaba podría salir de casa, podría sentir algo diferente. Sabría que aquella falta angustiosa de aire era por culpa de un virus caprichoso, y no de la ansiedad que tenía pegada a los zapatos desde que aprendiese a caminar.

Al menos si se infectaba estaría aislada por una razón justificada. Tendría una excusa para estar sola sin que la depresión resquebrajase su fachada. Huiría de la oscuridad que le acechaba en cada rincón.

Al menos si se infectaba podría ver a otra gente, aunque fuese a través de una mampara. Quizás encontrar a la mitad que le faltaba tumbada a su lado en una camilla de campaña. O una naranja completa a la que poder hincarle más de un diente sin que le supiese a poliespán. Encontrar la salvación o a quien le importase suficiente para querer salvarla. Y a lo mejor, cuando todo terminase, gritar juntos desde un acantilado que el mundo por fin se podía ir al carajo.

Delirios de telefilme de sobremesa.

Y si al final no lo contaba, si se quedaba en el camino, al menos dejaría de sentir.

Su brazo se deslizaría lentamente por el borde de la cama. Sus dedos, ya sin fuerzas, soltaría finalmente aquella pesada bola de materia oscura, que rodaría por el suelo hasta un rincón en el que se quedase olvidada para siempre.

Fundido a negro, créditos y sonido de violines.

Un final de peli cojonudo.

Un relato de Fernando D. Umpiérrez

A partir de la premisa de @Manon_ys:
«Ella no sabía si quería infectarse, para morir o para salvarse…».

«Esto lo contamos entre todos». © Todos los derechos reservados.

Banda Sonora Opcional: Help I’m Alive – Metric

Publicado por Fernando D. Umpiérrez

Guionista, escritor, superviviente y tan biólogo como médico el Gran Wyoming. Un soñador empedernido encerrado en el cuerpo de un pragmático redomado. Observador impasible de realidades alternativas. Ahora sobrevivo como guionista de fortuna. Si buscas alguna historia y no la encuentras, quizás puedas contratarme...