Gracias por un aniversario inolvidable

Hace un año ya que se abrió oficialmente El Tintero Infinito. Hace un año exacto publiqué mi primer relato en este espacio de creatividad y a lo largo de las últimas cincuenta y tres semanas he intentado poner orden en mi particular cajón de sastre de cuentos y reflexiones.

En este tiempo he aprendido y sigo aprendiendo a base de ensayo y error, perdiendo el miedo a equivocarme, a salir al mundo y comenzar a creer que hay un futuro para mí en este fabuloso cosmos de la letra y la palabra, de la imagen y el sonido, de la tinta y el color. En definitiva, el mundo de contar historias y de transmitir emociones de las maneras más dispares.

Gracias a  este espacio (y a tantos otros que lo precedieron) he conocido gente fabulosa y oportunidades de dar rienda suelta a mi imaginación con verdaderos genios a mi lado, como la ilustradora Jen del Pozo, que creyó en que nuestras locuras podían ir de la mano en forma de cuentos ilustrados, novelas y montajes universales. Y ahí seguimos luchando por brindar un poquito de psicodelia de color, en un mundo a veces demasiado gris y cuadriculado.

Alejandro Correa me propuso el interesante reto de convertir en palabras su particular concepción del mundo. Una visión oscura capaz de golpear tus emociones y dejarlas del revés, pero completamente incapaz de dejarte indiferente. Espero haber estado a la altura.

Hay quienes han confiado en mí ciegamente, como Omar Caballero que junto a PapayaNaranja se lanzaron sin red al abismo de mis historias y apostaron que podría darles forma de guion. Con ellos espero que cobren vida mis primeras creaciones en movimiento celuloide.

O mi amigo Sergio Chesan, paciente receptáculo de mis dudas y consultas. Crítico sincero de ojo clínico que me ha ayudado a crecer como escritor.

Otros, como los amigos de ShipHead Team me han permitido meterme de cabeza en los entresijos del entretenimiento interactivo. Sin su confianza jamás me hubiese atrevido a elevar mi capacidad de visualizar una aventura más allá del mero aficionado a videojuegos.

¿Y qué decir de quienes han puesto sus propias imágenes al servicio de mi locura para transformarlas en algo más que mil palabras? Compañeros de batalla como Mondo Diávolo, Fernando Leal, Javier Martín o Medialuna Photography, entre otros, han hecho que las Inspiraciones Mutuas hagan respetable honor a su nombre.

Mención aparte merece mi familia, siempre paciente y comprensiva, dispuesta a apoyarme en un camino cargado de incógnitas, sacrificios, incertidumbre. O a tantos amigos que lejos de llevarse las manos a la cabeza cuando les contaba a lo que quería dedicarme, me han animado a lanzarme a la piscina y me han tirado un flotador cuando lo he necesitado.

Y, por supuesto,  a mi queridísima Luisana, inspiración de aquel primer relato del tintero infinito. Un motor capaz de romper cualquier freno autoimpuesto por el miedo. Sempiterna sonrisa motivante que no ha dejado ni un segundo de empujarme para que persiga esos sueños que hoy en día, en un mundo que le ha dado la espalda a la cultura, parecen más los desvaríos de un chiflado.

Son muchos los amigos que me dejo (y les pido disculpas de antemano) pero todos ellos y todos los fantásticos lectores que cada semana comparten, comentan y disfrutan mis historias han contribuido y seguirán contribuyendo a que todo este propósito se convierta en realidad.

Algunos proyectos quedarán en el tintero, aunque espero que unos cuantos puedan salpicar pantallas, butacas y escritorios. Este es solo el primer paso de un camino cuyo final es el lejano horizonte. Un camino que pronto dará un giro que iré poco a poco compartiendo con ustedes.

A todos muchas gracias por un año inolvidable.

Fernando D. Umpiérrez

 

Banda Sonora Opcional: Stay Alive – José González

 

Publicado por Fernando D. Umpiérrez

Guionista, escritor, superviviente y tan biólogo como médico el Gran Wyoming. Un soñador empedernido encerrado en el cuerpo de un pragmático redomado. Observador impasible de realidades alternativas. Ahora sobrevivo como guionista de fortuna. Si buscas alguna historia y no la encuentras, quizás puedas contratarme...