Déjate llevar por la corriente
La marca zigzagueante que recorría aquel paisaje lleno de vitales y hermosos contrastes, era el fiel reflejo de la magia que albergaba en sus profundidades.
Pocas veces me habían tocado el alma de manera tan contundente y a la vez tan gradual. Desde la desembocadura hasta la fuente, aquel sinuoso río te marcaba, no como una explosión que te dejase sin aliento, sino como la erosión que su caudal producía en la dura roca; poco a poco pero sin descanso. Una vez que conseguía abrirse paso a través de tu coraza, quedabas irremediablemente marcado para siempre.