Al fondo a la derecha

Aquella figura, que le devolvía la mirada desde el escaparate del Café de las almas perdidas, le era completamente ajena. No recordaba exactamente cuándo había comenzado a renegar de su cruel anatomía, oponiéndose a la resignación de aceptar el resultado de unos dados que nunca le habían dejado lanzar.

Con un profundo suspiro, proyectó toda la rabia contenida hacia el desconocido reflejo, cubriéndolo con una agradecida nebulosa de vaho, y se dispuso a entrar en aquella cafetería con nombre de película francesa. No tardó en localizar a su madre al fondo del establecimiento, sentada en la misma mesa donde la esperaba todos los días a las cinco de la tarde.

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Némesis

Toda tu vida te ha convencido de que no vales para nada y tú lo has creído a pies juntillas.

Intentas expresar tus sentimientos sin tener con quien compartirlos, convencido de ser incapaz de pasar por esto solo. Las esperanzas se muestran esquivas, incapaces de darte la satisfacción de una victoria.

Encuentras nuevos rostros y nuevamente te sientes petrificado, volviendo a los días de pasillos solitarios y horas muertas. De llegar temprano a los sitios para tener algo que esperar en esta vida. Horas tiradas mirando una pared de ladrillos porque, simplemente, no tienes otra maldita cosa que hacer. Pero él siempre está ahí para gritarte: ¿a quién coño necesitas?

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Bofetadas de vacío inmaculado

Delante del blanco telón de mi futuro, trato de convertir recuerdos en delirantes fantasías.

Las letras bailan incesantes, mientras el peso de granos invisibles, pero grandes como piedras, me recuerda que la vida huye lentamente por un desagüe de clichés y vanas esperanzas, presa de la monotonía encerrada entre cuatro paredes incapaces de dictar un rumbo definido.

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Dicotómica consciencia

Aquellos que me lean sabrán de las pequeñas historias que hace tiempo escribí para los grandes músicos y mejores personas de Mondo Diávolodentro de la serie de relatos Inspiraciones mutuas (pues se basaban en lo que me evocaban las fantásticas fotografías de la banda tomadas por Medialuna Photography).

Pues bien, el pasado 16 de agosto la fantástica banda de Gran Canaria publicó su nuevo y esperadísimo LP, titulado Un lugar para volver y, con motivo de este gran acontecimiento, he decidido publicar hoy la quinta y penúltima entrega de esta serie. En esta ocasión el relato está protagonizado por su carismático bajista, Johnny Piñeiro, que lleva una de las caracterizaciones más elaboradas -y sacrificadas- de la banda, otorgándole una importancia manifiesta y arrolladora en su puesta de escena. Espero que la disfruten.

Una celda y un don perturbador. Dos cabezas y un mismo corazón…

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Inercias y perdones

Las siluetas grises y pétreas a su alrededor impedían a los tímidos rayos del sol invernal dar algo de calidez a su ajado espíritu. Testigos mudos de la historia que parecían ajenos a la vertiginosa mutabilidad de la vida urbana.

Sus pasos, lentos pero firmes, recorrían el casco antiguo sin rumbo concreto pero con un objetivo claro. Atesorar los recuerdos que se le escapaban paulatinamente de entre los dedos. Azuzar la memoria para que hiciera un último esfuerzo.

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Misiva para un futuro escritor

Mi vida no es lo suficiente interesante para relatarla sin la fermentada inhibición de una fría cerveza entre las manos. Sin embargo, llevo un tiempo queriendo compartir una reflexión.

Siento alejarme momentáneamente de la dinámica del blog, pero necesitaba poner en contexto mi experiencia. Hacer partícipe al lector de mi literario desahogo.

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Ave Fénix

CÁNCER.

La pequeña sala se quedó congelada por un instante que parecieron años y cada una de esas letras se le clavó en el estómago, como la estocada de un traidor, parando su corazón en cada embate.

— ¿Te encuentras bien? — dijo el médico —. Sé que es una noticia difícil de digerir, pero a la luz de las pruebas realizadas creo que lo mejor es comenzar lo antes posible con el tratamiento.

Las palabras se disolvían en una nebulosa sin sentido, ¿cómo podía estar bien? Su cuerpo le daba la espalda para golpearla en el mismo centro de la maldición de Eva, como si considerase que ya no era de por sí suficiente maldición. Había llevado una vida sana y activa, había seguido paso a paso, todos los consejos de cualquier manual al uso sobre cómo salir en el programa matinal de cualquier televisión local, delante de un pastel con cien candelas. Y, sin embargo, allí estaba tras haber soplado menos de la mitad, enfrentándose a la bancarrota de cualquier fabricante de velas que hubiese decidido invertir en su persona.

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Jubilación en diferido

La frente, arada por los surcos de la memoria y abonada por infinitas semillas de conocimiento, estaba enmarcada por un pelo níveo, corona de muchos años de pensamientos, y por unas cejas oscuras como la noche, que parecían peleadas con el resto de su pelo.

Tenía un aspecto abatido, seguramente a causa de aquella mirada perdida en habitaciones lejanas cargadas de recuerdos y de la espalda encorvada por el peso de los años. Pero todo rastro de desánimo se disipaba automáticamente al ver la rejuvenecedora sonrisa de los niños que entraban en aquel establecimiento, acompañados por sus padres.

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Causa y efecto

Un día frío es todo lo que necesitamos para darnos cuenta de que nuestra vida ha dado un cambio de rumbo. Eres incapaz de discernir si ese incómodo temblor es producto del cambio prematuro de estación o resultado del miedo a lo desconocido. Esa sensación incómoda nos impide concentrarnos y nos invoca a recapacitar en un instante, sobre todos los pasos realizados a lo largo de nuestra vida.

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