Próxima estación
Le gustaba y hubiese deseado poder gustarle una milésima parte de lo que ella le deseaba entre sus sábanas.
Con un simple átomo de pasión se conformarían sus jóvenes pero cansados huesos, pues un átomo encerraba en su interior la energía de miles de universos. Un átomo podía crear y destruir mundos con la facilidad de una sonrisa y era capaz de producir reacciones poderosas, si se aplicaba la energía adecuada.