Persiguiendo la entelequia

He quedado con mi amigo Pablo para ponernos al día después de mucho tiempo de no vernos. Ese tipo de reuniones que te sacan de la inercia del día a día, donde recuerdas historias pasadas que coronas con promesas vacías de futuros reencuentros. Sí, exactamente esas citas que anhelas porque te dan la vida, pero se repiten menos de lo que deberían, porque los amigos hay que cuidarlos y parece mentira que seamos tan desastres.

Mi afán de puntualidad ha hecho que llegue demasiado pronto. Aún quedan cuarenta minutos, así que entro en un bar cercano llamado: La cervecería, lo que denota una desbordante imaginación, a la altura del culto a la higiene que profesan los dueños del local. No veo a nadie, por lo que me freno un poco pensando que quizás aún no hayan abierto las puertas al modesto público.

Leer más

Dicotómica consciencia

Aquellos que me lean sabrán de las pequeñas historias que hace tiempo escribí para los grandes músicos y mejores personas de Mondo Diávolodentro de la serie de relatos Inspiraciones mutuas (pues se basaban en lo que me evocaban las fantásticas fotografías de la banda tomadas por Medialuna Photography).

Pues bien, el pasado 16 de agosto la fantástica banda de Gran Canaria publicó su nuevo y esperadísimo LP, titulado Un lugar para volver y, con motivo de este gran acontecimiento, he decidido publicar hoy la quinta y penúltima entrega de esta serie. En esta ocasión el relato está protagonizado por su carismático bajista, Johnny Piñeiro, que lleva una de las caracterizaciones más elaboradas -y sacrificadas- de la banda, otorgándole una importancia manifiesta y arrolladora en su puesta de escena. Espero que la disfruten.

Una celda y un don perturbador. Dos cabezas y un mismo corazón…

Leer más

Inercias y perdones

Las siluetas grises y pétreas a su alrededor impedían a los tímidos rayos del sol invernal dar algo de calidez a su ajado espíritu. Testigos mudos de la historia que parecían ajenos a la vertiginosa mutabilidad de la vida urbana.

Sus pasos, lentos pero firmes, recorrían el casco antiguo sin rumbo concreto pero con un objetivo claro. Atesorar los recuerdos que se le escapaban paulatinamente de entre los dedos. Azuzar la memoria para que hiciera un último esfuerzo.

Sigue leyendo

Misiva para un futuro escritor

Mi vida no es lo suficiente interesante para relatarla sin la fermentada inhibición de una fría cerveza entre las manos. Sin embargo, llevo un tiempo queriendo compartir una reflexión.

Siento alejarme momentáneamente de la dinámica del blog, pero necesitaba poner en contexto mi experiencia. Hacer partícipe al lector de mi literario desahogo.

Leer más

Un país de maravillas

Los edificios pasaban a su lado de manera vertiginosa, al otro lado del cristal de un tren con destino a la rutina. Un puñado de carcasas para historias de ladrillo y hormigón, cuyo corazón había cambiado tanto con el tiempo, que ya era prácticamente irreconocible. Imposible de identificar con el rictus de su fachada, elegante, vetusta y orgullosa. Justo lo que sentía su alma atormentada.

Leer más

Retazos de una vida cualquiera

El día se mostraba como un lienzo en blanco, sin construir, vacío de nubes en el cielo.

Aquella engañosa sensación de calor escondía un gélido viento, que barría de un plumazo toda sensación de confort y entumecía el espíritu, transmitiendo un extraño estado de ánimo carente la nostalgia de los nublados días de otoño, pero siendo apenas un pálido boceto del plácido abandono de los días de verano. Una tierra de nadie en medio de las estaciones. Un limbo meteorológico.

Leer más

Causa y efecto

Un día frío es todo lo que necesitamos para darnos cuenta de que nuestra vida ha dado un cambio de rumbo. Eres incapaz de discernir si ese incómodo temblor es producto del cambio prematuro de estación o resultado del miedo a lo desconocido. Esa sensación incómoda nos impide concentrarnos y nos invoca a recapacitar en un instante, sobre todos los pasos realizados a lo largo de nuestra vida.

Leer más

Desafía mi universo

Pasos en una oscuridad infinita. Granos de tiempo acariciándome suavemente la planta de los pies, apremiándome, sin conseguirlo, a que acompase mis movimientos al mundo, a mis aspiraciones.

Yo ralentizo el ritmo con una mezcla de diversión y desafío en el paladar, a sabiendas de que se enfadará conmigo. Porque la Dama Tiempo no gusta del humor si no es ella quien lo controla y decide cuándo empieza, cuando termina y cuando aparece con su dulce ironía.

Leer más

Aikido. Fuerza y armonía

El horizonte se torna difuso cuando los ojos se impregnan por las gotas de sudor que perlan su frente y emborronan su mirada.

Las rodillas crepitan, como troncos en la chimenea de una casa durante el invierno, y se quejan por un esfuerzo no buscado, mientras nota cómo manchas púrpuras de sufrimiento tiñen la piel de muslos y muñecas.

Leer más

error: ¡Ups! Me temo que no puedes hacer eso...